Actualmente, las tendencias de consumo de usar y tirar hacen que la vida útil sea casi instantánea y generemos residuos sin cesar. La mayoría de productos de usar y tirar no son reciclables ni biodegradables, por lo que con suerte acaban en los vertederos.
Los productos de usar y tirar con el ejemplo extremos de un modo de consumo que actúa como si los recursos del planeta fuesen infinitos y como si la naturaleza fuese capaz de procesar todos los residuos que generamos. Esta imagen está muy lejos de la realidad, al ritmo de consumo actual necesitamos dos tierras para abastecernos de materias primas y en los países desarrollados bastante más de dos.
La vida útil de los productos supone el fin de uso de la mayoría de los materiales que los componen. Salvo los metales, vidrio, con tasas de reciclaje bastante elevadas, el resto de materiales acaban en su mayoría en vertederos o esparcidos por nuestros bosques y océanos.
La economía circular busca fórmulas para conseguir que el fin de la vida útil de los productos de una segunda vida a sus materiales, iniciando ciclos de reutilización de los mismos. Se trata de transformar una economía lineal en una economía que maximice la reutilización de los materiales.
No solo acaban en los vertederos los materiales de los productos que usamos, sino que por el camino han acabado los envases, materiales de rechazo, contaminación, residuos.
Hay muchas opciones que hay que barajar antes de pensar en reciclar, estas son reducir residuos, reutilizar, revalorizar, refabricar, reparar. El reciclaje consume menos energía que fabricar materiales a partir de materias primas vírgenes, pero sigue consumiendo.
Lo ideal sería dar una vida nueva a los productos o de algunos de sus componentes antes de plantearse en cómo dar una nueva vida a sus materiales.
Para ello es necesario plantearse esta cuestión en la fase de diseño de los productos y de los modelos de negocios. Si no nos desmarcamos del modelo de negocio de usar o tirar, nuestra única opción es pensar en reciclar, pero no es la opción más sostenible. La opción más sostenible requiere de una transformación de nuestro modelo de empresa y de negocio, que abarque toda la cadena de valor. Sin dar estos pasos previos nuestro margen para actuar en estas etapas finales de la cadena de valor es muy limitado.