La globalización se inicia cuando las empresas de los países desarrollados desplazan sus centros de producción a países con mano de obra más barata. Su objetivo es conseguir una ventaja competitiva frente a los competidores, rebajando los costes de producción. Hablamos del siglo pasado en torno al año 1990, cuando China se abre a la economía de mercado.
La globalización ha ayudado a salir de la pobreza a muchas personas que viven en países en vías de desarrollo, principalmente de China y países asiáticos.
China se abre para que las empresas puedan establecerse en su territorio y abaratar costes pero impone unas reglas del juego claras, otros gobiernos no pueden entrometerse en materias de protección ambiental y de los trabajadores. En China se podía producir a espaldas de la protección ambiental y de los derechos de los trabajadores. En China las empresas no necesitaban realizar invertir tanto dinero en sus de centros de producción para cumplir con las estrictas reglamentaciones ambientales, de seguridad y derechos laborales, esto abarataba aún más los costes de producción.
La globalización logró en poco tiempo inundar el mercado de productos más baratos, aumentando el poder adquisitivo de los trabajadores en los países desarrollados. El aumento del consumo retro-alimentó el crecimiento económico y una euforia económica que duró has ta crisis del 2007.
La combinación parecía perfecta, los países en desarrollo salían de la pobreza y los países ricos crecían gracias a un aumento del consumo.
Sin embargo este desarrollo económico se realizó a costa de los intereses ambientales y sociales de los países en desarrollo, generado grandes desequilibrios ambientales y sociales.
A nivel de sostenibilidad la globalización rompió el equilibrio entre los tres pilares de la desarrollo sostenible, sociedad, economía y medio ambiente. Un modelo de desarrollo que rompe estos equilibrios no puede ser sostenible.
A largo plazo los desequlibrios provocados por un modelo poco sostenible acaba repercutiendo negativamente en los tres pilares de la sostenibilidad. Incluso los desequilibrios provocados en lugares remotos acabarán afectándonos globalmente a todos.
Los beneficios de este modelo corto-placistas y de euforia económica y consumista provocados por la globalización se acaban. Vamos a analizar las consecuencias de la globalización:
Consecuencias en los países en desarrollo:
Después de dos décadas, China está sufriendo las consecuencias de la globalización. Los niveles de contaminación provocado por la industria son alarmantes y matan cada años a millones de personas.
El gobierno Chino está iniciando políticas de protección ambiental, en parte propiciada por las presiones internas de una nueva clase media China.
En materia laboral son numerosas las denuncias de explotación laboral.Algunos ejemplos:
- Qué han hecho Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel tras las denuncias de abusos en fábricas de Asia.
- Apple vuelve a ser acusado de explotación
La presión social está obligando a las empresas a aplicar medidas de protección laboral.
Mientras el gobierno Chino lucha por compensar los grandes desequilibrios provocados en su sociedad y medio ambiente por un modelo poco sostenible, el cambio positivo es el surgimiento de una nueva clase Media China que ha dejado la pobreza y que quiere seguir prosperando.
Pero esta clase media China, es una clase consumista con poder adquisitivo. La globalización con su modelo de precios baratos ha aumentado el consumo a nivel global, inicialmente en los países ricos y posteriormente incorporando una nueva clase media de países en desarrollo. Este mayor consumo aumenta la explotación de recursos naturales y genera mayor presión ambiental. Este modelo de desarrollo poco sostenible depende cada vez más de la explotación para abastecer al mercado con productos baratos y asequibles.
Lamentablemente nuestro planeta ni tiene capacidad de abastecer a esta nueva clase media de sus demandas con un modelo productivo lineal, como el existente. Los efectos de la sobreexplotación de recursos los hemos analizado en este artículo. La globalización ha generado nuevos retos para el futuro en los países en desarrollo, que ya son los motores de la producción:
- Reducir la contaminación ambiental
- Seguir abasteciendo productos baratos un nueva clase media
- Abastecerse de más materia prima, cada vez más escasa, sin que provoque un aumento de su precio ni afecte al precio de sus productos.
Análisis de las consecuencias de la Globalización en los países ricos.
Con la Globalización los países ricos tiene acceso a productos más baratos y por lo tanto mayor poder adquisitivo. Las empresas aumentan sus beneficios, son capaces de ofrecer lo que los consumidores demandan, precios bajos, aumentan las ventas y sus márgenes.
A medio plazo los países ricos cierran sus industrias, cada vez es más difícil competir con los países con mano de obra baratos y legislaciones mas laxas en protección ambiental y de los trabajadores. Aumenta la competencia de las empresas en todos las ramas de la economía, otros países pueden ofrecer productos y servicios similares a menor precio. Las empresas deben reducir salarios para ser competitivas y subsistir.
Se extiende el malestar en los trabajadores y sus reivindicaciones. La globalización ya no se ve como una oportunidad sino como una amenaza. El estado del bienestar se ve amenazado en los países ricos por la pérdida de tejido industrial y proliferación de trabajos mal remunerados.
Se ha acabado la etapa de euforia consumista, en la que los trabajadores veían a la economía como una aliada para mejorar su calidad de vida. Son visibles las consecuencias de un modelo corto-placista poco sostenible y provoca preocupación y crispación en los trabajadores de los países desarrollados.
Esto alienta sentimientos de proteccionismo y aumenta los populismos y los nacionalismos. Los productos extranjero se ve como una amenaza, también los inmigrantes, aumenta la xenofobia.
Una mejor distribución de la riqueza ha sido positivo a nivel mundial para el conjunto de la sociedad. Pero esta redistribución de la riqueza ha afectado de forma negativa a las personas que viven en los países ricos.
La globalización no debió desarrollarse al margen de los intereses medio-ambientales y sociales. Esto ha roto las reglas del juego y convierte la globalización en una herramienta injusta para las empresas con buenas prácticas medioambientales y sociales.
La globalización no debió permitir que las empresas pudieses asentarse en países para eludir el cumplimiento de legislaciones que en los países desarrollados les obligan a invertir en seguridad, medio ambiente y derechos sociales . Esto convierte la globalización en una competencia desleal.
La globalización ha generado nuevos retos para el futuro de los países ricos:
- Recuperar el estado de bienestar perdido parcialmente después de la crisis iniciada en 2007. Aumentar los ingresos del estado que permita aumentar los gastos sociales.
- Aumentar los salarios y poder adquisitivo de los trabajadores, para fomentar el consumo.
- Resolver los problemas ambientales provocados por la globalización que ya afectan a escala global.
Ahora sabemos que la euforia consumista provocada por la globalización ha acabado repercutiendo en nuestro bienestar. No podemos echar toda la culpa a las empresas y en la industria. Los consumidores hemos actuado de forma egoísta como cómplices de este sistema. Hemos cerrado los ojos sobre las consecuencias del modelo consumista. Ahora tenemos retos que superar y el conseguirlo ya no depende de los gobierno ni de las empresas, depende principalmente de nosotros.
Todos gobiernos, empresas y personas hemos sido cómplices de la globalización y sus consecuencias. Ahora exigimos a los gobierno resolver estas consecuencias y devolvernos nuestro estado de bienestar, pero el recuperarlo depende de nosotros. Debemos actuar de forma sostenible, alejarnos de la crispación, del enfrentamiento y de los populismos. Debemos adoptar un modelo sostenible en el que todos ganemos y nos beneficiemos mutuamente.
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