Las empresas pueden fomentar actividades de voluntariado de los empleados en beneficio de la comunidad, con actividades muy diversas como ayuda a organizaciones sociales o ambientales, participación en eventos, aportación económicas o cesión de instalaciones, servicios propios o redes de contactos con otras empresas y organismos para llevar a cabo cualquier tipo de iniciativas con un beneficio social o ambiental.
Estas iniciativas pueden realizarse en todas las comunidades locales en las que la empresa tiene actividades o tiene algún tipo de influencia. El ámbito de las actividades se puede extender al de los proveedores, o empresas colaboradoras. Es importante establecer una clara relación causa efecto, y evidenciar un claro compromiso de las empresas como papel canalizador de mejoras sociales y ambientales.
Las actividades de voluntariado promovidas por las empresas es una gran herramienta para generar impactos positivos sociales y ambientales y para demostrar la importancia de las empresa para ayuda a la mejora de vida de la sociedad y de la protección ambiental en los lugars donde la empresa se asienta. Además de generar una conciencia de empresa social y ambientalmente comprometida que motiva e ilusiona a los empleados, la empresa logra visibilidad y una buena imagen.
El papel canalizador de la empresa es muy importante para las organizaciones sociales y ambientales, mucho más que las propias aportaciones económicas, que quedan en un segundo plano.